(música que debe sonar OBLIGATORIAMENTE mientras se lee http://es.youtube.com/watch?v=JFJScaNisTM)
La historia del coronel es la historia de un hombre en continua lucha con sus propios demonios internos, una lucha que todavía hoy continúa.
Todo empezó cuando sus padres, jóvenes troskistas, trabajadores de la central nuclear de Chernóbil en el turno de la fatídica tarde que hace explosión su núcleo procrean a Trumi, este desarrolla sus extremidades estrepitosamente y al poco empieza a notar que en la escuela todos los niños de su clase de párvulos le miran raro, claro que el burralán de él tiene 14 años y aún no domina las sumas y restas, los pocos rublos de la familia los gastan enviando al bastardo al bloque comunista alemán a un internado acérrimo al régimen, para que espabile. Cierto día salta el muro (The Wall) para visitar a una moza capitalista hija de un piloto americano de la base militar y descubre un mundo consumista atroz que le hace tambalear sus delicados principios. Abandonado luego por su novia extranjera, traicionado por los bolcheviques, humillado por los americanos se tatúa la hoz y el martillo y marcado por el odio una noche de borrachera con vodka se enrola en el Ejército Rojo en plena guerra con Afganistán donde le acusan, los otros coroneles envidiosos, de ser un agente doble de
Desintegrada
Tiro: a dos manos su estilo es inerrable, visualmente dañino, pero mordad como una concha marina en las manos de un niño. Le enseño a Kirilenko su tiro mortal.
Rebote: posicionado bajo la cesta “míster coditos” hace una circunferencia con su cadera reptil marcando el territorio sacrosanto del Coronel; NADA PODRA PASAR.
Defensa: en 1989 hizo su última defensa.
Pases (Asistencia): trabaja en una administración pública, ósea que “no da una”.
Contraataque: es bueno contraatacando en las discotecas las damas que han recibido primeros ataques, demuestra una habilidad pasmosa para ello.
Liderazgo: sus ordenes u consignas son acatadas por todos (”olvidaros de los árbitros”) …lo malo es que él se olvida de acatarlas.
Esta leyenda está dedicada a todos los jóvenes marginados de los suburbios que han dicho no al crack y ahora juegan al baloncesto.
FDO : Pijus Magnificus.
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